¿Qué mayor aval que ese? Solo el apoyo de Ortega
Lara para que Santiago Abascal presida el Partido Popular del País Vasco
debería ser necesario.
¡Y qué gran honor debe ser para el Sr. Abascal!
Ya lo decíamos el jueves en otro artículo, ha
llegado la hora de dar la batalla de las ideas, para que el PP vuelva a ser lo
que nunca debió de dejar de ser.
Otra cosa es que la maquinaria de Génova se ponga en
marcha para evitar la candidatura de Abascal y ponerle piedras en el camino,
como han hecho otras veces en otros procesos congresuales.
Y ya lo comentábamos ayer en Desde el Caballo delas Tendillas, el PP le debe a los afiliados del partido en el País Vasco
un ejercicio de democracia interna y darles la posibilidad de elegir
directamente al máximo dirigente popular en aquella comunidad autónoma.
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